Vino rosado elaborado con uva rosa: ¿Mito o realidad?

Siempre escucho la misma pregunta a la hora de hablar de vino. Y la respuesta es: “¡No existe la uva rosada!”. Aquí la explicación.

En el reino de las uvas, para elaborar vinos, existen las variedades de uvas blancas y las tintas.

Y en este caso, el vino rosado se elabora con la uva tinta, ya que en su piel se encuentran los pigmentos naturales que le dan el color al vino. En el caso del rosado, el color se extrae por medio de una maceración, que le va a aportar ese color que vemos.

La principal diferencia entre el vino tinto y el rosado radica en el breve tiempo que las pieles de las uvas están en contacto con el mosto durante la fermentación. Lo que obtenemos es un color más claro y un vino con “carácter”, pero con un sabor más ligero, frutal y fresco.

La elaboración del vino rosado es un proceso que combina técnicas de producción de vino tinto y blanco para lograr un equilibrio de color, aroma y sabor característico.

Métodos para la elaboración

Existen por lo menos dos métodos para su elaboración. El método logrado por "contacto", en el que las uvas tintas, luego de la recolección y el despalillado, son prensadas suavemente.

Luego se maceran por unas horas, período corto en el que las pieles están en contacto con la pulpa para trasmitir el color y permitir que los compuestos aromáticos se transfieran al mosto. Y después de este proceso, se realiza el descube, que consiste en separar las pieles del mosto dándole paso a que comience la fermentación alcohólica.

Algunas bodegas, a este proceso final lo realizan mientras se macera, es decir, comienza lentamente la fermentación, y se retiran las pieles.

También, regularmente, se utiliza otra técnica de elaboración llamada “Sangrado”, en el que se colocan las uvas en un tanque de acero inoxidable, para dejar que el mismo peso de las uvas realice el “prensado”, obteniendo el mosto por gravedad.

Posteriormente, se lo deja reposar por un período de 24 horas para que se macere y trasmita todo lo que mencionamos anteriormente de las pieles al mosto.

Pasado este tiempo, se separa la parte sólida de la líquida para obtener un mosto enriquecido de todo lo que detallamos en la técnica anterior, color y aromas. Finalmente, se lleva a fermentar.

Con esta técnica conseguimos vinos de mejor estructura y calidad.

Dato importante

Algunos vinos rosados pueden someterse a un breve período de envejecimiento en barricas de roble u otros recipientes para desarrollar complejidad y mejorar la estructura.

Como resultado, obtendremos vinos con características aromáticas y de sabores variados desde florales, frutales, armoniosos y complejos. Para tomar como aperitivo o para acompañar muy bien platillos simples y condimentados. Todo depende de la variedad que se haya utilizado para ese vino rosado, pero a eso lo dejamos para charlar sobre de maridajes en otros capítulos.

¡Animarse al mundo de los rosados es fascinante, puede sorprenderlos, y tal vez lleguen a amarlos tanto como yo… Salud!